La creación literaria, poesía y prosa es la instauración de lo permanente, es la instauración por la palabra; aunque sea raudamente pasajero lo celestial, la poesía y las obras literarias permanecerán por siempre al cuidado de prosistas y poetas, al servicio de la gente, sobre todo de los humildes; los escritores dicen la palabra esencial que permanece por los siglos de los siglos; los escritores y poetas sacaron de escena lo efímero, lo pasajero, lo sin importancia trascendental: reyes y princesas, para dejar lo permanente, entre tanto: “Los Miserables”, “El Periquillo Sarniento”, “El Mito de la Caverna”, “El Lazarillo de Tormes”, “El Capote”, “La Flor Amarilla” que humilde crece a la orilla del camino, de los caminos, de todos los caminos del mundo.El escritor nombra todas las cosas en lo que son, olvidándose de sí mismo, así comienzan a brillar. La escritura es la instauración del ser con la palabra y luego su donación libre a todos los hombres para que todos puedan habitar poéticamente la tierra, desde entonces el lugar de morada de las palabras son los hombres; desde entonces la poesía y la prosa no son un adorno que acompaña la existencia humana, son más bien el fundamento, la poesía y la prosa no son un juego inofensivo; el lenguaje es “el más peligroso de los bienes” y ser escritor es “la más inocente de las ocupaciones”; que no nos den los dioses más de lo que podemos digerir; debemos lo escritores mantenernos en pie, en la nada de la noche, con la cabeza erguida, ante las tormentas de Dios y de los hombres, eso sí, debemos saber partir a tiempo no sin antes haber elaborado la verdad de nuestro canto, con el habla que nos dieron los dioses y los rumores de nuestros pueblos que se esparcen con el nombre de Mitos y Leyendas.
León Danilo
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